En esta semana, el primer ministro de Bahamas, Phillip Davis, presentó un proyecto para legalizar el uso de cannabis como para fines medicinales, religiosos y para investigaciones científicas alrededor de la planta. Además, se despenalizaría la obtención de pequeñas cantidades para su consumo personal.
“Hoy la espera ha terminado. Estamos actuando en nombre de todas las personas que quieren tener la posibilidad de consumir legalmente cannabis medicinal para ayudarles con sus condiciones médicas”, dijo Davis ante el Parlamento, el pasado lunes, con respecto al ‘Plan para el Cambio’ del gobernante Partido Liberal Progresista (PLP) que había sido prometido por el mandatario en 2021, cuando asumió en el cargo.
El proyecto presentado por el Ejecutivo pretende habilitar la producción industrial de cannabis para fines medicinales e investigación científica. Además, se permitirían los usos religiosos porque en esta isla del caribe también se encuentran varias personas que siguen la cultura del rastafarismo, donde los derivados de la planta son considerados un sacramento. De igual manera se dejaría de perseguir a las personas que posean pequeñas cantidades de marihuana, aunque por el momento no se permitiría el autocultivo.
En caso que la medida se apruebe, se crearía la Autoridad del Cannabis de Bahamas, que será el ente regulador de la actividad y que se encargará de expedir las licencias productivas para las compañías. El primer ministro bahameño detalló que se entregarían varios tipos de licencias, entre ellas la de cultivo, la de venta al por menor, la de pruebas analíticas, la de fabricación, la de investigación, la de transporte y la licencia de uso religioso. “Si una entidad solicita una licencia para cultivar, vender o transportar cannabis, esa entidad debe ser 100 % de propiedad bahameña. Sabemos lo importante que es que los bahameños sean propietarios de esta nueva industria”, aseguró Davis.
“Muchos otros países, incluyendo naciones dentro de nuestra región como Jamaica, Trinidad y Tobago, Antigua y Barbuda y Barbados, han dado pasos hacia la despenalización y la legalización para uso médico, los bahameños se quedaron preguntándose cuándo sería nuestro turno”, dijo el primer ministro Phillip Davis.